viernes, 8 de mayo de 2015

Fernando Pessoa


¡Aprovechar el tiempo! 

¡Aprovechar el tiempo! 
¿Pero qué es el tiempo para que yo lo aproveche? 
¡Aprovechar el tiempo! 
Ningún día sin líneas... 
El trabajo honesto y superior 
El trabajo a la Virgilio, a la Milton... 
¡Pero es tan difícil ser honesto o superior! 
¡Y tan poco probable ser Milton o ser Virgilio!


¡Aprovechar el tiempo! 
Sacar del alma los pedazos precisos -ni más ni menos- 
Para con ellos juntar los cubos ajustados 
Que hacen marcas ciertas en la historia 
(Y son ciertas también del lado de abajo que no se ve)... 
Poner las sensaciones en castillo de cartas, pobre China de las fiestas, 
Y los pensamientos en dominó igual contra igual, 
Y la voluntad en carambola de tres bandas... 
Imágenes de juegos o de solitarios o de pasatiempos- 
Imágenes de la vida, imágenes de las vidas, imágenes de la Vida.


Verbalismo...Sí, verbalismo... 
¡Aprovechar el tiempo! 
No tener un minuto que el examen de conciencia desconozca... 
No tener un acto indefinido ni ficticio
No tener un movimiento disconforme con propósitos 
Buenas maneras del alma... 
Elegancia de persistir...


... 
¡Aprovechar el tiempo! 
Mi corazón está cansado como mendigo verdadero. 
Mi cerebro está listo como un fardo puesto al lado. 
Mi canto (¡verbalismo!) está tal como está y es triste. 
¡Aprovechar el tiempo! 
Desde que comencé a escribir pasaron cinco minutos. 
¿Los aproveché o no? 
Si no sé si los aproveché ¡¿Qué sabré de los otros minutos?!


(Pasajera que viajabas tantas veces en el mismo compartimento conmigo 
En el tranvía suburbano, 
¿Llegaste a interesarte por mí? 
¿Aproveché el tiempo mirándote? 
¿Cuál fue el ritmo de nuestro sosiego en el tranvía andante? 
¿Cuál fue el entendimiento que no llegamos a tener? 
¿Cuál fue la vida que hubo en esto? ¿qué fue esto para la vida?)


¡Aprovechar el tiempo!... 
¡Ah, déjenme no aprovechar nada! 
¡Ni tiempo, ni ser, ni memorias del tiempo o del ser! 
Déjenme ser una hoja de árbol; titilada por brisas, 
La polvareda de una carretera involuntaria y sola, 
El surco dejado en la carretera por las ruedas en tanto no vienen otras, 
El trompo del muchacho, que va parándose 
Y oscila, en el mismo movimiento que el de la tierra, 
Y estremece, en el mismo movimiento que el del alma, 
Y cae, como caen los dioses, en el suelo del destino.

Fernando Pessoa.



sábado, 2 de mayo de 2015

Kanginshu


Vino

[108]

¿Será por el vino
que fluye
como un velo de seda
que me tambaleo,
tropezando,
tropezando
y no puedo
ponerme en pie
o sí,
será por tu causa?

Versión de Masateru Ito.