viernes, 27 de noviembre de 2015

Encuentro 29/11/15




Este Domingo en la Reserva Municipal Santa Catalina estaremos realizando un ciclo de poesías y canciones. La invitación es a pasar el día y a las 16 hs. daremos comienzo a las lecturas. Para cerrar la tarde disfrutando de las creaciones de escritores y músicos de diferentes edades y formaciones.



Coordenadas.
Garibaldi al 2400 (y las vías), Lomas de Zamora.
En la estación Santa Catalina del tren Temperley-Haedo.


Fernán Silva Valdez


El Indio.



Venía 


no se sabe de dónde. 

Usaba vincha como el benteveo, 

y penacho como el cardenal. 

Si no sabía de patrias sabía de querencias. 

Lo encontró el español establecido: 

pescador en los ríos, cazador en los bosques, 

bravío en todas partes y cerrándole el paso 

con arreos de guerra, vivo o muerto; 

siempre como un estorbo, siempre como una cuña 

entre él y el horizonte.


Modelado en barro de rebeldías, 

pasa como una sombra, desnudo y ágil, 

por los senderos ásperos de la Leyenda. 

Esbelto, musculoso, retobado en hastío, 

entre el cobre y el rojo estaba su color; 

una señal de guerra le hacía punta a su instinto 

y entonces, por sus venas 

en vez de correr sangre, corría sol.


Estético instintivo 

se ponía en el rostro los más vivos colores, 

y en la cabeza plumas, como las aves bellas; 

si el exceso de adornos no lo hacía más indio 

cuanto más se adornaba se sentía más hombre.


Señor de la comarca, 

por un pleito de caza con la tribu vecina 

blandía su coraje afilado en el viento; 

como los troncos de la flora indígena 

era dulce por fuera y era duro por dentro; 

su única dulzura temblaba en su lenguaje, 

como en las ramas de la flora india 

tiemblan las pitangas.


Vadeaba los arroyos en canoas; 

entraba a las querencias de las fieras 

o ambulaba durante varias lunas 

en una aspiración horizontal 

-curtido de intemperie, 

rojo de sol o húmedo de tormentas- 

en los días rayados de chicharras 

o en las noches tubianas de relámpagos.


La conquista española enderezó sus rumbos: 

y las tribus que erraban por rutas diferentes 

se ataron en un haz, alrededor de un jefe, 

para rodar a un tiempo como las boleadoras. 

No sabía reír ni sabía llorar; 

bramaba en la pelea como los pumas 

y moría sin ruido, cuando mucho 

con un temblor de plumas, como mueren los pájaros.


lunes, 16 de noviembre de 2015

Juan Carlos Gambarotta



Fragmento de De Mochilero a Guardaparque

Pero al levantar el pez se puso comunicativo y sin mirarme dijo:

-Señor, ye vivo acá hace mucho, siempre. Ye oí cosas, hace tiempo oí cosas. Andan diciendo que hay gente que estuvo en la luna. ¿Usted cree?

Me había costado mucho llegar al Iberá, pero no tenía idea de que el lugar fuera en realidad tan apartado. Sabía sí, que era un sitio muy importante por albergar todavía ciervos de pantano -del que había visto su robusta cornamenta en el rancho de Luis- por la gran cantidad de yacarés y en general por toda su rica fauna, pero no sabía que vivía gente en islas increíblemente pequeñas. Gente que nace y muere en el estero, viviendo una economía de caza, pesca y trueque (en el que siempre salían perdiendo). Gente que forma pareja sin importar lazos de sangre. Que no tenía claro qué es Corrientes y qué es Argentina. Pero ¿cómo era posible que me hiciera esa pregunta?

La llegada del hombre a la luna, a once años de haber sucedido, fue comentada como noticia a otro señor al llegar a su islita, pero delante de mí, como para que yo pudiera asegurarlo en caso de descrédito. 

Viendo lo desconcertado que estaban les tiré de la lengua.

-Se aprendió mucho con la llegada del hombre a la luna -dije- pero lo más importante -sonreí- es que se comprobó lo que decía Colón.

Al ver que me miraban expectantes, seguí.

-Que la tierra es redonda nomás.

-¿Qué tierra, sheráa? (amigo) -dijo "mi pariente".

-¡Esta! ¡Acá donde vivimos! Es redonda, como la luna -dije.

-No señor, ye vivo acá, pero eso no lo creo. ¡Se ve que no es redonda!

Luego de que Luis y este otro Señor intercambiaran unas cuantas frases en guaraní, Luis le recordó: "solo habla castilla", me saludó rápidamente y se fue.