miércoles, 9 de diciembre de 2015

Gary Snyder


Para los niños

Las colinas ascendentes, las cumbres
de las estadísticas
yacen delante nuestro.
El ascenso abrupto
de todo, que sube
mientras nosotros
bajamos.

En el próximo siglo,
o el que le sigue,
dicen,
habrá valles, pasturas,
podemos encontrarnos ahí, en paz,
si llegamos.

Para superar las cumbres que vienen,
una palabra para ti y tus hijos:

permanezcan juntos,
aprendan los nombres de las flores
pisen liviano.


viernes, 27 de noviembre de 2015

Encuentro 29/11/15




Este Domingo en la Reserva Municipal Santa Catalina estaremos realizando un ciclo de poesías y canciones. La invitación es a pasar el día y a las 16 hs. daremos comienzo a las lecturas. Para cerrar la tarde disfrutando de las creaciones de escritores y músicos de diferentes edades y formaciones.



Coordenadas.
Garibaldi al 2400 (y las vías), Lomas de Zamora.
En la estación Santa Catalina del tren Temperley-Haedo.


Fernán Silva Valdez


El Indio.



Venía 


no se sabe de dónde. 

Usaba vincha como el benteveo, 

y penacho como el cardenal. 

Si no sabía de patrias sabía de querencias. 

Lo encontró el español establecido: 

pescador en los ríos, cazador en los bosques, 

bravío en todas partes y cerrándole el paso 

con arreos de guerra, vivo o muerto; 

siempre como un estorbo, siempre como una cuña 

entre él y el horizonte.


Modelado en barro de rebeldías, 

pasa como una sombra, desnudo y ágil, 

por los senderos ásperos de la Leyenda. 

Esbelto, musculoso, retobado en hastío, 

entre el cobre y el rojo estaba su color; 

una señal de guerra le hacía punta a su instinto 

y entonces, por sus venas 

en vez de correr sangre, corría sol.


Estético instintivo 

se ponía en el rostro los más vivos colores, 

y en la cabeza plumas, como las aves bellas; 

si el exceso de adornos no lo hacía más indio 

cuanto más se adornaba se sentía más hombre.


Señor de la comarca, 

por un pleito de caza con la tribu vecina 

blandía su coraje afilado en el viento; 

como los troncos de la flora indígena 

era dulce por fuera y era duro por dentro; 

su única dulzura temblaba en su lenguaje, 

como en las ramas de la flora india 

tiemblan las pitangas.


Vadeaba los arroyos en canoas; 

entraba a las querencias de las fieras 

o ambulaba durante varias lunas 

en una aspiración horizontal 

-curtido de intemperie, 

rojo de sol o húmedo de tormentas- 

en los días rayados de chicharras 

o en las noches tubianas de relámpagos.


La conquista española enderezó sus rumbos: 

y las tribus que erraban por rutas diferentes 

se ataron en un haz, alrededor de un jefe, 

para rodar a un tiempo como las boleadoras. 

No sabía reír ni sabía llorar; 

bramaba en la pelea como los pumas 

y moría sin ruido, cuando mucho 

con un temblor de plumas, como mueren los pájaros.


lunes, 16 de noviembre de 2015

Juan Carlos Gambarotta



Fragmento de De Mochilero a Guardaparque

Pero al levantar el pez se puso comunicativo y sin mirarme dijo:

-Señor, ye vivo acá hace mucho, siempre. Ye oí cosas, hace tiempo oí cosas. Andan diciendo que hay gente que estuvo en la luna. ¿Usted cree?

Me había costado mucho llegar al Iberá, pero no tenía idea de que el lugar fuera en realidad tan apartado. Sabía sí, que era un sitio muy importante por albergar todavía ciervos de pantano -del que había visto su robusta cornamenta en el rancho de Luis- por la gran cantidad de yacarés y en general por toda su rica fauna, pero no sabía que vivía gente en islas increíblemente pequeñas. Gente que nace y muere en el estero, viviendo una economía de caza, pesca y trueque (en el que siempre salían perdiendo). Gente que forma pareja sin importar lazos de sangre. Que no tenía claro qué es Corrientes y qué es Argentina. Pero ¿cómo era posible que me hiciera esa pregunta?

La llegada del hombre a la luna, a once años de haber sucedido, fue comentada como noticia a otro señor al llegar a su islita, pero delante de mí, como para que yo pudiera asegurarlo en caso de descrédito. 

Viendo lo desconcertado que estaban les tiré de la lengua.

-Se aprendió mucho con la llegada del hombre a la luna -dije- pero lo más importante -sonreí- es que se comprobó lo que decía Colón.

Al ver que me miraban expectantes, seguí.

-Que la tierra es redonda nomás.

-¿Qué tierra, sheráa? (amigo) -dijo "mi pariente".

-¡Esta! ¡Acá donde vivimos! Es redonda, como la luna -dije.

-No señor, ye vivo acá, pero eso no lo creo. ¡Se ve que no es redonda!

Luego de que Luis y este otro Señor intercambiaran unas cuantas frases en guaraní, Luis le recordó: "solo habla castilla", me saludó rápidamente y se fue.



domingo, 30 de agosto de 2015

Adrienne Rich


Dedicatorias

Sé que estás leyendo este poema
tarde, antes de dejar la oficina
esa de la intesa luz amarilla y la ventana en penumbras
en el cansancio de un edificio que se diluye en la quietud
mucho después de la hora pico. Sé que estás leyendo este poema
en una librería, de pie, lejos del mar
una tarde gris a inicios de la primavera, con débiles copos de nieve
llegados desde el enorme espacio de praderas que te rodean.
Sé que estás leyendo este poema
en un cuarto donde tuviste que tolerar demasiado
las sábanas se ven revueltas, paralizadas sobre la cama
y la valija abierta habla de un vuelo
pero no puedes partir todavía. Sé que estás leyendo este poema
mientras el subte pierde impulso y antes de correr
escaleras arriba
hacia una clase de amor desconocido
que tu vida aún nunca permitió.
Sé que estás leyendo este poema a la luz
del televisor donde imágenes sin sonido irrumpen y se suceden
mientras esperas noticias de la intifada.
Sé que estás leyendo este poema en una sala de espera
entre ojos conocidos y hostiles, llena de empatía con extraños.
Sé que estás leyendo este poema bajo una luz fluorescente
con el aburrimiento y la fatiga de los jóvenes excluidos,
que se excluyen a sí mismos de la vida con excesiva rapidez. Sé
que estás leyendo este poema con la vista que te falla, que gruesos
lentes agigantan estas letras hasta borrar todo sentido, y aun así
persistes porque el abecedario mismo es valioso.
Sé que estás leyendo este poema mientras esperas que en la cocina
se caliente la leche, con un niño que llora en tus brazos, un libro en la
mano
porque la vida es breve y tú también estás sedienta.
Sé que estás leyendo este poema escrito en un idioma que no es el tuyo
adivinando ciertas palabras mientras otras te fuerzan a seguir
y yo quiero saber cuáles son esas palabras.
Sé que estás leyendo este poema con el deseo de oír algo, desgarrada
entre la amargura y la esperanza.
como quien regresa una vez más a la tarea indispensable.
Sé que estás leyendo este poema porque no queda
ya nada que leer
ahí donde llegaste, desnuda como estás.



Versión de María Negroni.

Elvio Romero


En el patio

Estamos caídos en el suelo.
Ya no pisamos con los pies ligeros
La tierra iluminada, su centro iluminado; 
No estamos ya, con la velocidad del gamo, 
Estremeciendo el pasto de las praderas 
Ni el nido de la perdiz. 

Ni nómadas ni errantes.
Estamos en el suelo,
Sentados, 
Sin colgar semillitas en el cuello, 
Sin colgar en el cuello flores multicolores. 

Estamos fijos en el suelo,
Sentados,
Ya con los ojos secos 
Sin ver el horizonte, 
La mirada agotada de mirar suelo yermo, 
Sin otear distancias, 
Definitivamente caídos en el suelo. 

Ya no miramos hacia abajo
El centro de la tierra, el centro de lo que crece,
De las germinaciones, del soplo de las semillas, 
No vemos el centro mismo del crecimiento, 
El centro llameante 
Del crecimiento mismo de la tierra. 

Estamos condenados
A vernos en el suelo,
A estar sentados en el suelo sin contemplar el centro 
Luminoso del cielo, 
A estar sentados sin contemplar el firmamento. 

Ni nómadas ni errantes,
Estamos en el suelo,
Atados a la tierra y condenados 
A no mirar el crecimiento. 




Miguel de Cervantes


Fragmento del prólogo a Don Quijote de la Mancha.

"Procurad también que, leyendo vuestra historia, el melancólico se mueva a risa, el risueño la acreciente, el simple no se enfade, el discreto se admire de la invención, el grave no la desprecie, ni el prudente deje de alabarla. En efecto, llevad la mira puesta a derribar la máquina mal fundada de estos caballerescos libros, aborrecidos de tantos y alabados por muchos más; que si esto alcanzares, no habrías alcanzado poco."

Con silencio grande estuve escuchando lo que mi amigo me decía, y de tal manera se imprimieron en mí sus razones, que, sin ponerlas en disputa, las aprobé por buenas y de ellas mismas quise hacer este prólogo, en el cual verás, lector suave, la discreción de mi amigo, la buena ventura mía en hallar en tiempo tan necesitado tal consejero, y el alivio tuyo en hallar tan sincera y tan sin revueltas la historia del famoso don Quijote de la Mancha, de quien hay opinión por todos los habitadores del distrito del campo de Montiel que fue el más casto enamorado y el más valiente caballero que de muchos años a esta parte se vio en aquellos contornos.Yo no quiero encarecerte el servicio que te hago en darte a conocer tan notable y tan honrado caballero; pero quiero que me agradezcas el conocimiento que tendrás del famoso Sancho Panza, su escudero, en quien, a mi parecer, te doy cifradas todas las gracias escuderiles que en la caterva de los libros vanos de caballerías están esparcidas. Y con esto, Dios te dé salud, y a mí no olvide. VALE.

Vinicius de Moraes


Oiga, Mister Buster.

 Este poema está dedicado a un norteamericano simpático, extrovertido y podrido en plata -perdone el lector el lugar común- en cuya casa estuve pocos días antes de mi regreso a Brasil, luego de cinco años de residencia en Los Ángeles, U.S.A. Mr. Buster no podía entender cómo yo -que tenía derecho a un año más en California -prefería, a pesar del gran perjuicio financiero, volver a Latin America, como él le llamaba. Esta es mi explicación. Por supuesto, Mr. Buster no la recibirá; a no ser que esté muero y ese asunto del espiritismo funcione.

Oiga, Mr. Buster:
Está muy bien que usted tenga un departamento
En Park Avenue y una casa en Beverly Hills.
Está muy bien que en su departamento de Park Avenue
Tenga un pedazo de friso del Partenón
Y en el patio de su casa en Hollywood
Un pozo de petróleo trabajando de día
Para darle dinero
Y de noche para darle insomnio.
Está muy bien que en ambas residencias
Tenga heladeras gigantescas capaces de conservar
Su prejuicio racial por muchos años
Y aspiradores con más absorción que un beso de Marylin Monroe
Y máquinas de lavar capaces de extinguir
La mancha de su disgusto por haber puesto en vano
Tanto dinero en la guerra de Corea.
Está bien que en su mesa las tostadas salten
Nerviosamente de las tostadoras automáticas
Y que sus puertas se abran con células fotoeléctricas.
Está muy bien que usted tenga un cine en su casa
Así los chicos pueden ver películas aptas para menores
Y ni hablar de los cuatro televisores
Y del poderoso alta fidelidad con altoparlantes
Desparramadores por todos los pisos (incluidos los cuartos de baño).
Está muy bien que la señora Buster sea nombrada
Una vez al mes por Elsa Maxwell y tenga dos analistas:
Uno en Nueva York y otro en Los Ángeles
Es decir, uno por temporada. 
Todo está muy bien, Mr. Buster
Usted va a terminar siendo gobernador de su Estado
Y presidente sin duda de muchas compañías de petróleo
Acero y conciencias enlatadas.
Pero dígame una cosa, Mr. Buster
Dígame sinceramente una cosa, Mr. Buster:
¿Usted sabe lo que es un choro de Pixinguinha?
¿Usted sabe lo que es tener una jabuticabeira en el terreno del fondo?
¿Usted sabe lo que significa hinchar por Botafogo?


Choro: Composición musical brasileña de ritmo lento.
La palabra tiene un acento circunflejo en la primera o.
JabuticabeiraMyrciaria cauliflora, árbol autóctono de Brasil.

Versión de Mario Trejo.

sábado, 11 de julio de 2015

Georges Perec




Fragmento de Algunos Empleos del verbo Vivir

"Vivo en el planeta Tierra" ¿Tendré un día la oportunidad de decírselo a alguien? Si tuviera un "encuentro cercano del tercer tipo" en nuestro propio mundo, el otro ya lo sabría. Y si fuera yo quien se encontrara en las mediaciones de Arcturus o de KX1809B, por cierto debería precisar: "vivo en el tercer planeta (el único habitado, por lo demás) a partir del Sol, en el sistema solar" o "vivo en uno de los planetas de una de las más jóvenes estrellas amarillas enanas situadas en el borde de una galaxia de mediocre importancia y arbitrariamente designada con el nombre de Vía Láctea". Y habría alrededor de una posibilidad en cien trillones (es decir, apenas 10 elevado a las 20) de que me respondieran: "Ah, sí, la Tierra...".


Versión de Carlos Gardini.

domingo, 14 de junio de 2015

Brian Patten


Un dragón pequeño

He encontrado un dragón pequeño en el cobertizo.

Creo que viene del fondo de un bosque
porque está húmedo y verde y las hojas
se reflejan aún en sus ojos.

Le he dado mucho de comer, le he ofrecido hierba,
raíces de estrellas, avellanas y dientes de león,
pero me ha mirado como
diciéndome: lo que necesito 
no puedes dármelo tú.

Le he hecho un nido entre el carbón
parecido al de un pájaro pero mayor,
aquí está resguardado 
pero silencioso.

Si creyeras en él iría 
corriendo a tu casa para que compartieses mi tesoro
pero esperaré para ver 
si tú misma pasas por aquí.

Versión de Joaquina González-Marina.

viernes, 8 de mayo de 2015

Fernando Pessoa


¡Aprovechar el tiempo! 

¡Aprovechar el tiempo! 
¿Pero qué es el tiempo para que yo lo aproveche? 
¡Aprovechar el tiempo! 
Ningún día sin líneas... 
El trabajo honesto y superior 
El trabajo a la Virgilio, a la Milton... 
¡Pero es tan difícil ser honesto o superior! 
¡Y tan poco probable ser Milton o ser Virgilio!


¡Aprovechar el tiempo! 
Sacar del alma los pedazos precisos -ni más ni menos- 
Para con ellos juntar los cubos ajustados 
Que hacen marcas ciertas en la historia 
(Y son ciertas también del lado de abajo que no se ve)... 
Poner las sensaciones en castillo de cartas, pobre China de las fiestas, 
Y los pensamientos en dominó igual contra igual, 
Y la voluntad en carambola de tres bandas... 
Imágenes de juegos o de solitarios o de pasatiempos- 
Imágenes de la vida, imágenes de las vidas, imágenes de la Vida.


Verbalismo...Sí, verbalismo... 
¡Aprovechar el tiempo! 
No tener un minuto que el examen de conciencia desconozca... 
No tener un acto indefinido ni ficticio
No tener un movimiento disconforme con propósitos 
Buenas maneras del alma... 
Elegancia de persistir...


... 
¡Aprovechar el tiempo! 
Mi corazón está cansado como mendigo verdadero. 
Mi cerebro está listo como un fardo puesto al lado. 
Mi canto (¡verbalismo!) está tal como está y es triste. 
¡Aprovechar el tiempo! 
Desde que comencé a escribir pasaron cinco minutos. 
¿Los aproveché o no? 
Si no sé si los aproveché ¡¿Qué sabré de los otros minutos?!


(Pasajera que viajabas tantas veces en el mismo compartimento conmigo 
En el tranvía suburbano, 
¿Llegaste a interesarte por mí? 
¿Aproveché el tiempo mirándote? 
¿Cuál fue el ritmo de nuestro sosiego en el tranvía andante? 
¿Cuál fue el entendimiento que no llegamos a tener? 
¿Cuál fue la vida que hubo en esto? ¿qué fue esto para la vida?)


¡Aprovechar el tiempo!... 
¡Ah, déjenme no aprovechar nada! 
¡Ni tiempo, ni ser, ni memorias del tiempo o del ser! 
Déjenme ser una hoja de árbol; titilada por brisas, 
La polvareda de una carretera involuntaria y sola, 
El surco dejado en la carretera por las ruedas en tanto no vienen otras, 
El trompo del muchacho, que va parándose 
Y oscila, en el mismo movimiento que el de la tierra, 
Y estremece, en el mismo movimiento que el del alma, 
Y cae, como caen los dioses, en el suelo del destino.

Fernando Pessoa.



sábado, 2 de mayo de 2015

Kanginshu


Vino

[108]

¿Será por el vino
que fluye
como un velo de seda
que me tambaleo,
tropezando,
tropezando
y no puedo
ponerme en pie
o sí,
será por tu causa?

Versión de Masateru Ito.

miércoles, 29 de abril de 2015

Guillermo Enrique Hudson



Fragmento de Allá lejos y hace tiempo

(...) Recuerdo que su remedio para la culebrilla, dolencia muy común y peligrosa en esa región, se consideraba infalible. El mal consistía en una erupción parecida a la erisipela, que salía en medio del cuerpo, extendiéndose alrededor de la cintura, hasta formar un perfecto círculo. "Si la banda no está completa, puedo curar el mal", exclamaba don Evaristo. Mandaba entonces a alguno que se procurara en el arroyo un sapo de buen tamaño, y haciendo que el paciente se desnudara, tomaba pluma y tinta y escribía en la piel, con gruesas letras en el espacio entre las dos puntas de la región inflamada, las palabras: "En el nombre del Padre, etc." Realizado esto, tomaba el sapo en sus manos y, suavemente, lo frotaba por la parte enferma. El animal, enojadísimo por este tratamiento, se hinchaba casi a punto de reventar, derramando una secreción lechosa por su averrugada piel. ¡Y con solo este procedimiento el paciente mejoraba!

Guillermo Enrique Hudson.
Version de Fernando Pozzo y Clelia Rodríguez.

domingo, 26 de abril de 2015

Kanginshu




[54-55]

Es penoso 
ver a un hombre
serio y solemne
         este mundo es
                                 un sueño dentro de 
                                un sueño dentro de
                un sueño

y lleva una cara
tan juiciosa

¿de que sirve 
ponerte tan serio?
Nuestra vida
es un sueño

          ¿por qué  
                         no te vuelves loco?

Versión de Masateru Ito.

El Kanginshu es una obra medieval japonesa de autor desconocido, 
de quien se estima que fue un ermitaño

viernes, 10 de abril de 2015

Joaquim Cardozo



Lluvia de Cajú

¿ Cómo te llamas, pequeña lluvia inconstante y breve?
¿ Cómo te llamas, dime, lluvia simple y leve?
¿ Teresa? ¿ María?
Entra, invade la casa, moja el suelo,
Moja los libros y la mesa.
Sé de dónde vienes, sé por dónde anduviste.
Vienes de los suburbios distantes, de los sitios aromáticos
Donde los árboles florecen, donde hay cajús y mangabas,
Donde los cocoteros se enderezan en los baldes de los viveros
Y en noches de luna llena pasan rondando los mosquitos.
Llama viva, espíritu del aire nocturno del pantano.
Invade la casa, moja el suelo,
Mucho me agrada tu compañía,
Porque te quiero, dulce lluvia,
Así te llames Teresa o María.

Joaquim Cardozo.

Poesía Precolombina



Solo venimos a dormir, solo venimos a soñar:
no es verdad, no es verdad que venimos a vivir a la tierra.
En yerba de primavera venimos a convertirnos:
llegan a reverdecer, llegan a abrir sus corolas nuestros corazones,
es una flor nuestro cuerpo: da algunas flores y luego se seca.

Versión de Miguel Ángel Asturias

Oswald Andrade


Alerta

Allá viene el lanzallamas.
Coge la botella de gasolina,
dispara,
quieren matar todo amor,
corromper el polo,
estancar la sed que tengo de otro ser.
Viene de costado, de lado, 
por arriba, por detrás.
Dispara,
resiste,
defiende,
de pie,
de pie,
de pie.
El futuro será de toda la humanidad.


Oswald Andrade.

miércoles, 8 de abril de 2015

Poesía Precolombina



Cancion de la danza del arquero flechador

Da tres ligeras vueltas
alrededor de la columna pétrea pintada,
aquella donde atado está aquel viril
muchacho, impoluto, virgen, hombre.

Da la primera vuelta, a la segunda
toma tu arco, ponle un dardo,
apúntale al pecho. No es necesario
que pongas toda tu fuerza
para asetearlo.

Dispara sin herirlo
hasta lo hondo de sus carnes,
y así pueda sufrir
poco a poco, que así lo quiso
el Bello Señor Dios.

A la segunda vuelta que des
a esa columna pétrea azul
fléchalo otra vez;
y a la tercera, otra vez.
Atada quedará a un árbol
la burla del sol.



Versión de Miguel Ángel Asturias.


Versión Maya

X-pacum-x-pacum-che-
ti-hum ppel-ti-caa ppel
coxx-zuut-tut hal-che
t-alca-okoot tac-oxppel
Cii liiz u-tan-a-pol-
malo-ppilha-uich
maa-menttic-x-ttileich
tial-caa-ch′a-u-tohol
A-ci-zuuzma-u-yee a huul
a-ci-xaab-cheiltma-u-zumil
a-ppum-adzamaa-maloob
yiitz-x-caatzim-tut-kuuk
meel-u-yiit-u-chilbil-a-hul
A-ci-choimaa-u-u
tzatzel-xibil-ceh-tu-
muuk-a-kab-tu-muuka
ouc-ta-piix-ta-ttoon-
taa-ch′alatel-taa-tzem
dzaa-oxppel-alca-zuut-tut
pach-leil-ocom tum-bonan
lail-tuux-kaxaan-leil xibil
pal-h′zac-zuhuy-uinic
dzaa-u-yaax-ti-ca-sutil/
chh′ a-a-ppum-dza-u-hul-ch ei l
toh-tant-u-tzem-ma-kabeilt
a-dziic-tu-lacal- a muuk-tiyal
a-huul lomtci-tio lal-ma u
kilic-tu-tamil u-bakel-u-
tial-ca paatac-u muk-yaatic
hu-hum-ppiiltil-ley-u yota
ciliich celem-yum-ku-
tu-caa-zuut-ca-dzaa-ti-leil
ocom tum-ch′o-ca-zuut
ca-dzal-ca-hulic-tu-caaten
lailo-yan-a-beiltic-xma-ma
a patic a uokoot-tu-men
bail-u-mentic-malo-chi-
mal-h′batel uinic-tut
teetal-u-tial u-dza-utz-
t-yiich-yum-ku-
Lail-cu-tippil-kin
t-yokol-kaax-t-lakin-
cu-hoppol-hul-ppum
kay-leil-chimal-hba-
teil-u-dzaicoob-tulacal



Nota: El presente texto, llamado "Canción de la Danza del Arquero Flechador", forma parte de una colección de cantares mayas, en manuscritos posiblemente del siglo XVIII que están en poder del Sr. Alfredo Barrera Vázquez, quien lo ha publicado ya en la revista Tlalocan, Vol. I, No. 4, 1944, en donde aclara que el texto se refiere seguramente a la canción en la que se exhortaba y aconsejaba a los flecheros cazadores para llevar a cabo el sacrificio humano por flechamiento.


Información tomada del siguiente blog: 

Poesía Precolombina


Atavío del Señor de Atlahua.

Sus labios pintados de rojo vivo,
círculos negros alrededor de la noche
que rodea sus ojos,
estrellas que le hacen visible las cosas que no ve,
presentimiento de cazador,
lanzador de dardos,
labios bordeados de azul claro,
sobre su pecho tiras de papel,
sandalias blancas con campanillas,
escudo color de sangre con ribete de plumas,
en la mano el bastón rojo, el bastón rojo.


"Poesía Precolombina" versión de Miguel Ángel Asturias.


Atahualpa Yupanqui


Fragmentos de El Payador Perseguido.

La sangre tiene razones
Que hacen engordar las venas
Pena sobre pena y penas
Hacen que uno pegue el grito. 
La arena es un puñadito 
Pero hay montañas de arena.

No sé si mi canto es lindo
O si será medio triste; 
Nunca fui zorzal, ni existe
Plumaje más ordinario.
Yo soy pájaro corsario
Que no conoce el alpiste.

Vuelo porque no me arrastro,
Que el arrastrarse es la ruina;
Anido en árbol de espinas
Lo mesmo que en cordillera
Sin escuchar las zonceras
Del que vuela a lo gallina.

No me arrimo así nomás
A los jardines floridos.
Sin querer vivo advertido
Pa' no pisar el palito.
Hay pájaros que solitos
Se entrampan por presumidos.

Aunque mucho he padecido 
No me engrilla la prudencia. 
Es una falsa experiencia 
Vivir temblándole a todo. 
Cada cual tiene su modo; 
La rebelión es mi cencia. 

Atahualpa Yupanqui.

Encuentro 11/4/15



El sábado 11 de Abril a las 17 horas, En la Reserva Santa Catalina, atardeceremos entre poesías. No importa si no sabés llegar o si te molestan los mosquitos, naturaleza invita!

Organizan: Mayra Caballero - Diego Morgan.

La propuesta es pasar una tarde distinta, rodeados de naturaleza y reflexionando sobre grandes autores y su amor por el ambiente. Se propondrán diversos textos, y aquellos que deseen traer material para compartir, propio o no, ¡serán más que bienvenidos!

Coordenadas.
Garibaldi al 2400 (y las vías), Lomas de Zamora.
En la estación Santa Catalina del tren Temperley-Haedo.


https://www.google.com.ar/maps/place/Jos%C3%A9+Garibaldi+2400,+Lomas+de+Zamora,+Buenos+Aires/@-34.7837435,-58.430867,17z/data=!4m2!3m1!1s0x95bcd24e37890363:0xc7734eae6b5ff587

Quién desee, puede sumarse a ir acompañado evitando perderse. Desde Constitución habrá dos salidas grupales, una a las 10 hs. y otra a las 15 / 15.30 hs. Cualquier cosa comunicarse por mensaje privado o por mail a: poesiaenelbosque@gmail.com