miércoles, 29 de abril de 2015

Guillermo Enrique Hudson



Fragmento de Allá lejos y hace tiempo

(...) Recuerdo que su remedio para la culebrilla, dolencia muy común y peligrosa en esa región, se consideraba infalible. El mal consistía en una erupción parecida a la erisipela, que salía en medio del cuerpo, extendiéndose alrededor de la cintura, hasta formar un perfecto círculo. "Si la banda no está completa, puedo curar el mal", exclamaba don Evaristo. Mandaba entonces a alguno que se procurara en el arroyo un sapo de buen tamaño, y haciendo que el paciente se desnudara, tomaba pluma y tinta y escribía en la piel, con gruesas letras en el espacio entre las dos puntas de la región inflamada, las palabras: "En el nombre del Padre, etc." Realizado esto, tomaba el sapo en sus manos y, suavemente, lo frotaba por la parte enferma. El animal, enojadísimo por este tratamiento, se hinchaba casi a punto de reventar, derramando una secreción lechosa por su averrugada piel. ¡Y con solo este procedimiento el paciente mejoraba!

Guillermo Enrique Hudson.
Version de Fernando Pozzo y Clelia Rodríguez.

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